Honestidad es una Elección Individual

Miércoles, 06 de agosto de 2003

Tenemos aquí, bajo la alegre luz del día, una historia sobre la honestidad en la República Dominicana. Reyito (o Riquitin para otros) es un estudiante que recoge las botellas de vidrio vacías de la playa los fines de semana y nos las vende a un peso por botella. A partir de un incidente reciente, recordamos otro que sucedió hace bastante tiempo pero de igual encanto y que demuestran su honestidad.
La primera historia simpática refiere a él tratando de pasarnos tres botellas con una mano de una sola vez… por desgracia, una se deslizó de su mano, cayó al suelo y se estrelló. Se disculpó aclarando que la culpa fue suya y respaldó su declaración de culpabilidad diciendo que sólo quería dos pesos como pago. Pensando que debía ser recompensado por su honestidad, no dudamos en ir a buscar tres pesos, pero insistió y se negó a aceptar más de dos – que impresionante?
La otra historia, más reciente, sucedió un día en el que él trajo unas botellas y, en la oscuridad creciente de la tarde, por error le dimos una moneda de cinco pesos entre varias monedas de un peso. Unos diez minutos más tarde Reyito volvió a cambiar la moneda de cinco pesos, por la de un peso, que nosotros le habíamos dado por error. ¡Qué placer vivenciar un acto tan caballeroso y honesto sobre todo al final de un domingo ajetreado!.

Siete años más tarde:
Creemos que las historias narradas testimonian que la honestidad es una elección individual. Reyito era muy joven, pobre y tenía un montón de ejemplos en contra que podrían llevarlo por mal camino. Supusimos que su familia fue, probablemente, una gran influencia en su actitud ejemplificadora.

el original inglés de este post: Honesty is an Individual Choice